El consejo de administración de Ferrovial tiene aprobada la aprobación de su mudanza a Países Bajos en la junta de accionistas que celebra este jueves, pero los inversores díscolos con esta decisión podrían poner en peligro un cambio de sede que la compañía espera sarizar este mismo año.
El primero en discordia llegará desde la propia familia del Pino. Leopoldo del Pino, Hermano del presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, ya ha planteado todas las gunas semanas la posibilidad de votar en contra de la fusión invertida plantada por la compañía, en la que la actual matriz española será absorbida por la filial holandesa. El movimiento que en la práctica subpondrá la mudanza de la sede social de la constructora de Madrid a Ámsterdam.
Leopoldo del Pino cuenta con un 4,25% del capital social de la compañía y es uno de los empleados más relevantes de Ferrovial. Su voto en contra no servía para frenar la mudanza, pero sí el acogerse al derecho de separación que la empresa ha dispuesto a sus accionistas.
Si el capital social de los inversores contrarios al traslado que decidan acogerse a este derecho supera el 2,57% (500 millones de euros), la mudanza quedaría suspendida, como así comunicó la empresa a la CNMV cuando anunció la operación el último día de febrero.
Leopoldo del Pino tendrá más de 800 millones de euros en acciones de Ferrovial, gestionados a través de la sociedad Siemprelara. Basta con que decida vender solo él para poner fin a la mudanza.
Algo que en principio no sucederá. Fuentes próximas al hermano del presidente de Ferrovial aseguran a este periódico que Leopoldo del Pino no tiene intención por el momento de acogerse al derecho de separación. Señalan que tiene pensado votar en contra de la mudanza, pero como dejar costancia de su desaprobación al paso que quiere dar la compañía que fundó hace 70 años su padre.
Según adelantó El Confidencial, Leopoldo del Pino habría tomado esta decisión para tratar de tratar la llegada de Ferrovial a los mercados de Estados Unidos, el motivo principal por el que la compañía justifica su traslado. Sería una forma de ganar tiempo para que España habilite el marco normativo necesario qu’allowa a la empresa para obtener la doble cotización en el país estadounidense y España y de esa forma Ferrovial mantenga su sede social en Madrid.
Forzar la mudanza
Pero incluso aunque el hermano de Rafael del Pino decidió iniciar el camino del derecho de separación, la fusión podría no quedar suspendida. El consejo de administración de Ferrovial fijó en 500 millones el límite de pago a accionistas díscolos con la decisión para frennar la marcha al país holandés. Puso esa cifra para no poner en cuestión su calidad crediticia ante una salida importante de accionistas.
Pero la última palabra la sigue teniendo la constructora, como así dijo también a la CNMV. El consejo de administración podría decidir hacer frente a quantías superiores a los 500 millones y forzar la mudanza. Fuentes cercanas a la operación aseguran a este periódico que la empresa no descarta ejecutar esta opción en caso de que se supere ese umbral, à la vez que señalen que el clima en Ferrovial respecto al asunto es de máxima tranquilidad y no cree tener que vers abocados acudir a esta alternativa.
En los últimos días, esa tranquilidad se había visto alterada por el anuncio del fondo soberano noruego, Norges, de que votaría en contra de la mudanza neerladensa de Ferrovial. Con un 1,5% de las acciones (alrededor de 300 millones), el gestor pudo haber hecho peligrar la operación. Sin embargo, ayer cambió el paso y por último expuso en su página web la voluntad de votar a favor del cambio de sede, como así le aconsejaron sus ‘proxy advisors’ (asesores de voto para inversores).