Son las 19.00 horas y los últimos empleados de Amix PTV, una empresa de tecnologías de la información, han abandonado sus oficinas ubicadas en el área de negocios de Fleury-sur-Orne (Calvados), para regresar a sus hogares. Minutos después de su partida, la puerta de entrada se vuelve a abrir discretamente, las luces vuelven a encenderse: “Zaza”, como la llaman todos aquí, ha vuelto a lo que se ha convertido en su alojamiento a tiempo parcial.
Un sofá, un armario cerrado, aseos: no hizo falta mucho para evitar que este ex vagabundo pasara las frías noches de invierno al aire libre. Sin hogar desde hace diez años en Francia, este georgiano de unos cincuenta años se beneficia de un alojamiento sostenible desde agosto de 2022 en esta empresa de TI. Por las tardes y los fines de semana, Zaza encuentra refugio en el local, puesto a su disposición fuera del horario laboral.
Detrás de esta iniciativa, una asociación: la Oficinas del corazón. En 2020, esta organización nació sobre la base de una idea muy simple: animar a las empresas a abrir sus locales para acoger a una persona sin hogar. La idea germinó en la conciencia de su fundador, Pierre-Yves Loaëc, director de la agencia de comunicación Nobilito y presidente del Centro de Jóvenes Líderes de Nantes, cuando vio a una mujer durmiendo en un estacionamiento cerca de su oficina: “Teníamos cocina, ducha, baños, en fin, no me faltaba mucho para poder ofrecerle a esta mujer acogerla con dignidad. »
ochenta y cinco socios
Una cosa lleva a la otra, 150 personas se han alojado desde los inicios de la asociación dentro de la red de empresas asociadas, actualmente 85. Aurélie Arsène, gerente de la agencia Amix PTV, rápidamente saca una conclusión positiva de esta experiencia: “Zaza es genial, muy discreto. Algunos empleados temían por su negocio, pero estos temores desaparecieron rápidamente. Sobre todo, no quiere quedarse sentado sin hacer nada. Participa en talleres asociativos y fabrica muebles con palets. »
Las Oficinas del Corazón trabajan de la mano con otras asociaciones para identificar a los posibles beneficiarios. Entre otros criterios, la persona alojada no debe tener problemas de alcoholismo o de salud mental. Más allá del alojamiento, Pierre-Yves Loaëc destaca la movilización espontánea de los empleados para “ayudar a la persona a rehacer su CV” o dar una mano amiga administrativamente. La idea es también acercar al beneficiario al mundo empresarial y permitirle beneficiarse de su red de contactos.
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