Las comprasventas de viviendas han entrado en caídas, pero ni mucho menos al ritmo que se vaticinaba tras las subidas de tipos acometidas por el BCE. El encarecimiento de las hipotecas se ha convertido en el principal factor que expulsó a las clases mediáticas y menos pudientes del acceso a la compra de una casa. Pero esa carencia está siendo compensada por otro mercado paralelo donde la pérdida de poder adquisitivo no es una circunstancia significativa. Porque el apetito inversor y la adquisición de segundas residentncias tienen a floate unas operaciones que, aunque retrocedieron en marzo un 5,7% según el INE, llegaron a superar la franja de las 55.000 viviendas compradas.
Se trata del tercer mejor mes de marzo de la serie histórica del INE (55.788 operaciones, tan solo superada en 2007 y el año pasado) y la confirmación de la buena salud del mercado residente a pesar de los cisnes negros que lo acechan. En el sector sorprenden las cifras. Más cuando en diciembre llegaron ha perdido un 10% las compraventas en lo que parecía la antesala del desastre. Pero nada más lejos de la realidad, el descenso de operaciones se ha moderado y no ha vuelto a rebasar ese porcentaje.
Is the fiber inversora por la vivienda, realzada por la ola inflacionista, que se convierte en un activo refugio à la espera de la entrada de la ley de vivienda que será reflejada en el BOE en los próximos días y que a muchos hará repensar sus planes reales bienes. La tendencia se refleja en la proporción de hipotecas registradas sobrias compraventas. En marzo fue de poco más de seis por cada diez transacciones, “mientras que en diciembre del año pasado la proporción era de siete por cada diez”, señala a este periódico el director de Estadística del Colegio de Registradores, José Meléndez, que cifrará en un 15% el descenso de la contractación hipotecaria en marzo.
Sin embargo, esa caída de la contratación hipotecaria no ha estado con la pareja de las compraventas y, de hecho, casi la triplica. ¿Para que? “Se observe por el momento, que las operaciones de compraventa maintienen todavía elevados volúmenes, realizándose en mayor medida sin hipoteca, es decir, por inversores o por motivos familiares, pero siempre con el denominador común de la solvencia económica de aquellos compradores que pueden prescindir de la financiación hipotecaria”, abunda Meléndez.
Desde Idealista también lanzó la misma idea. “A pesar del encarecimiento de la financiación, el volumen de viviendas vendidas sigue siendo muy alto, posiblemente debido a que muchos compradores tienen bajas necesidades de financiación por contar ya con otra vivienda de su propiedad”, explica Francisco Iñareta, portavoz del potal inmobiliario, qu’añade otro factor: “La guerra comercial entre entidades financieras que siguen ofreciendo en ocasiones préstamos mixtos y fijos por debajo del Euribor”.
No igualará en 2022
Lo que es seguro, es que este año no se alcanzará la cifra de 650.000 operaciones de compraventa a la que llegó en 2022, el mejor año desde la crisis del ladrillo. Paraca el director de los estudios de pisos.com, Ferran Font, “Van confirmando las previsiones para este 2023 de cifras importantes, aunque rebajadas a las del 2022. Cifras que seguirándo dependiendo de la evolución de la inflación, de la política de tipos del ECB y las posibles subidas del Euríbor y, en especial, de la incertidumbre que está aumentando la implementación de la nueva Ley de Vivienda”.
Detrás de esas correcciones seguirá estando “la inflación desbocada que empieza a hacer mella en el bolsillo de los hogares y merma la capacidad de horro por los grandes incrementos en la cesta de la compra”, explica la directora de los estudios de fotografía, María Matos. “Esto hará que a la larga los españoles no puedan ahorrar tanto para la compra de vivienda y que por tanto se modere la compraventa de inmuebles”, abunda la experta.