A primera vista, un Jeep eléctrico es un poco desestabilizador. No supera los 4,07 metros y pesa apenas 1,6 toneladas. Está diseñado sobre la misma base que un Peugeot 208, no se vende en Estados Unidos, y luego no parece realmente un 4×4. El Avenger, el primer Jeep sin motor de combustión desde 1941, es sin duda confuso, pero la propuesta parece que tiene que funcionar ya que, para sorpresa de todos, este modelo fue elegido Coche del Año 2023.
El Renegade, otro Jeep con un acento muy europeo, juega duro como un clavo, pero el Avenger no ve el punto y lo logra. Fabricado en la fábrica de Stellantis en Tichy, Polonia, pero supervisado por un diseñador llamado Daniel Calonaci y diseñado por un fabricante que, en Europa, ha izado la bandera verde-blanco-roja y consigue sus mejores ventas al otro lado de los Alpes, el Avenger es más italiano que americano. A pesar de sus veinte centímetros de altura libre al suelo, su silueta sigue siendo esbelta y el frontal que a la marca suele encantar sobredimensionar evita añadir más esta vez.
Se ha reajustado todo lo que pudiera lastimar la silueta. Las protecciones de los bajos como las protuberancias de chapa en los pasos de rueda están en servicio mínimo. En Jeep, la mitología del aventurero en 4×4 ya no es la que era, aunque para 2023 está prevista una versión con tracción a las cuatro ruedas (gracias a la instalación en el eje trasero de un motor adicional).
Aceleraciones francas
El interior también se ha suavizado. El interior no es muy especial, pero su presentación es moderna, recta y agradable a la vista -tantos elogios que pocas veces hemos tenido la oportunidad de ofrecer a bordo de un Jeep-, a pesar de una pantalla central demasiado ajustada y un sistema multimedia bastante mediocre. .
Los 54 kWh de la batería permiten acercarse a los 400 km de autonomía, gracias al contenido del coche y al nuevo motor eléctrico del grupo Stellantis, producido en Trémery, cerca de Metz, y que desarrolla 156 CV. Las aceleraciones son francas y, aun sin ser espeluznantes, dan tono al Avenger, que se beneficia de la flexibilidad que ofrece la tracción eléctrica. Esto es, nuevamente, bastante nuevo para un Jeep.
La dirección de la marca espera que la recién llegada, cuyo atractivo precio aún no se ha decidido a bajar (36.500 euros antes del bono ecológico de 5.000 euros), rompa el techo de cristal al que se enfrenta esta constructora. Jeep tiene una buena calificación de simpatía, pero el año pasado no registró más de 106.000 vehículos en Europa.
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