Colectivos freelance, feliz término medio entre el trabajo asalariado y el trabajo freelance

Colectivos freelance, feliz término medio entre el trabajo asalariado y el trabajo freelance

En marzo de 2021, Fred Lizée cofundó, en Nantes, el colectivo Away We Go, que hoy reúne a una cuarentena de trabajadores independientes, en su mayoría autónomos, en las profesiones del turismo. “El objetivo era poner en común nuestras redes y conocimientos tras el fin del Covid, para ofrecer nuevos servicios a las empresas del sector, que tienen dificultades para contratar y empiezan a interesarse por los autónomos”explica este jefe de producto.

En los últimos años se han multiplicado colectivos de autónomos como este, bajo varios estatus: asociación, sociedad por acciones simplificada, cooperativa… En un estudio publicado en enero con el banco online Shine, la plataforma Colectivo estima que hay 35.000 colectivos independientes en Francia hasta la fecha, de los cuales 10.000 afirman serlo.

Para Jean-Yves Ottmann, investigador en ciencias del trabajo y coordinador científico del Laboratorio Missioneo, el desarrollo de estas nuevas formas de trabajo está ligado a la“aparición de nuevas profesiones de servicio intelectual, que se han estructurado gracias a las herramientas digitales”. Tecnología y desarrollo (24% de los colectivos según el estudio Shine-Collective), comunicación (16%) y consultoría se encuentran entre los sectores más representados.

“Combatir la soledad”

Para Yannick Fondeur, investigador del Conservatorio Nacional de Artes y Oficios, quien analizó en particular a un grupo de freelancers en el campo digital: “Hay dos objetivos al principio, compartir oportunidades de misión, así como formar equipos y tener habilidades complementarias. » Jean-Yves Ottmann identifica tres razones: “política, con rechazo al trabajo asalariado ya las organizaciones tradicionales; psicológico, con ganas de salir de la soledad; y pragmático, para acceder a recursos y misiones a los que no puedes acceder solo”.

El 55% de los autónomos que se incorporaron a un colectivo lo hicieron para “combatir la soledad del freelancer”, según el estudio Shine-Collective. Al unirse, los autónomos también buscan poner en común ciertos gastos: facturación, documentos comerciales, página web, formación, etc. “Recreamos lo que nos gustaba de la empresa y que habíamos perdido cuando nos independizamos: trabajar juntos, tener gente en quien confiar”dice Louise Racine, cofundadora de Lookoom, un colectivo especializado en identidad de marca digital, que ahora reúne a 200 personas.

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Como ensamblador de competencias complementarias, el autónomo puede, sobre todo, realizar tareas más ambiciosas, antes reservadas a las agencias: el 83 % de los autónomos afirma haberse incorporado a un colectivo para “trabajar en proyectos más grandes”. Por ejemplo, cree un sitio de la A a la Z para un cliente.

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