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“¿Juegas en el Rayo Vallecano?”, preguntó inocentemente aquella niña de nueve años que veraneaba en la playa de Benidorm a Alba Mellado, por entonces futbolista del Madrid CFF. “¿Tú eres Vicky López?”, le contestó ella. Vicky se sorprendió: no sabía quién era Mellado, y tampoco que había intentado ficharla en dos ocasiones meses atrás sin éxito. Pero la futbolista sí que recordaba perfectamente aquella tez tostada y complejidad física —menuda, pero atlética— cuando la vio corriendo por la arena. No le hizo falta tener un balón entre las piernas. “Creo que es Vicky López”, le dijo, tumbada en la hamaca, a su compañera de equipo Paola Ulloa. “No habrá playas, días y meses de verano para coincidir con ella”, contestó la otra futbolista.
Ambas sabían del talento de Vicky: la querían en el equipo que estaban formando. Aquel día Mellado bajó a propósito con la camiseta del Rayo con la intención de que la niña se fijase en ella. Funcionó. Y también funcionó que Mellado comprase una barca hinchable para jugar con la chica, sus primos y sus hermanos en aquellos últimos días de vacaciones. Cuando todo terminó, el padre de Vicky llamó a Mellado: la niña pasó a formar parte de la cantera del Madrid CFF. “Fue el destino. O una casualidad”, recuerda orgullosa Mellado.
Ahora, ocho años más tarde, aquella joven de Madrid ha roto todos los récords de precocidad con el FC Barcelona. Y también con la selección. El pasado viernes fue la jugadora más joven en debutar con España, en la semifinal de la Nations League ante Países Bajos: 17 años, 6 meses y 27 días. Pasó así directamente de la sub-17 —con la que es campeona del mundo— a la absoluta. Y no por casualidad.
De su convocatoria se enteró mientras estudiaba para un examen de historia que tenía por la tarde. Habló con su padre, con un par de personas más, y siguió concentrada —sorprendentemente— en su examen, que le fue “bastante bien”. Victoria López-Serrano Félix (Madrid, 17) empezó copiando a su hermano que jugaba al fútbol. Entre equipos de chicos de fútbol sala en su colegio y clubes de barrio en Vallecas, Vicky estuvo cerca de jugar en el Rayo Vallecano. Hasta que conoció a Mellado y Ulloa. “Destacaba muy por encima del resto. Lo que más nos sorprendió fue su velocidad: pocos niños le ganaban”, confiesa Mellado, quien fue su entrenadora desde los nueve años hasta los 14. Siempre estuvo acostumbrada a jugar —sin miedo— con niños y niñas más mayores, y con 15 se convirtió en la jugadora más joven en debutar en primera división de la mano del Madrid CFF.
Aquella pequeña Vicky ha crecido, pero no ha cambiado tanto. Introvertida de primeras, pero con picardía, cuando coge confianza es divertida, cercana y social. De madre nigeriana y padre español —así lo refleja en su Instagram con ambas banderas— algunos la apodaron como la leona. Ahora es tan solo Vicky. Perdió a los 11 años a su madre, Joy Félix, por un tumor cerebral, y su padre se encargó de llevarla a todas partes y confiar siempre en ella. Y de Joy heredó su fuerza de voluntad. “No ha necesitado arropo porque ha tenido el coraje para tirar adelante con fuerzas. Cuando nadie tenía energía en el equipo, salía ella. Es de admirar. Cuando crezca un poco más y sea consciente de lo que lleva dentro, estará a otro nivel”, confiesa Mellado.
Un año más tarde de su debut, en 2022, el FC Barcelona hizo oficial su fichaje. Desde entonces vive en La Masia, y aunque echa de menos su casa, poco a poco se ha asentado con sus compañeras del Barça B. Con el dorsal 30 con el que debutó Messi, dentro del vestuario del primer equipo tiene una “hermana mayor”, confiesa. “Para mí es como mi hermanita. Está trabajando súper bien, y se lo merece muchísimo”, explicó Salma Paralluelo. Fue la más joven en debutar como azulgrana en Champions y en el Camp Nou (16 años y 148 días), y también la futbolista con menor edad en golear en un clásico (17 años y 116 días), por encima de Ansu Fati en ambas marcas. Dentro del campo, a Vicky no le importa chutar o tocar balón, y se siente con libertad para alternar posiciones. Esta temporada acumula 22 partidos jugados con el primer equipo, cuatro goles y tres asistencias.
“Su formación y su capacidad, además de lo que está haciendo en su club esta temporada nos ha hecho dar el paso de tenerla. Ella se ha ganado entrar hoy al campo”, señaló Montse Tomé tras el encuentro contra Países Bajos. Vicky entró por Jennifer Hermoso para tener balón, y plantar calma. “Estoy feliz, he podido debutar en un contexto muy bonito. Al principio, cuando me han llamado para calentar, estaba súper nerviosa. Tanto que me dolía la tripa. Pero cuando entré, dejé los nervios en la banda y lo he disfrutado”, confesó la joven. En 18 minutos sumó un remate a portería, tan solo perdió tres veces la posesión de 21 acciones y fue la que más acierto tuvo en los pases con un 89%. Se llevó la ovación de La Cartuja, y el manteo de sus compañeras. “Soy un poco vergonzosa para estas cosas, pero agradezco a cada una de ellas que me han ayudado y acogido”, señaló la madrileña.
Vicky no paró de agradecer. Mellado le envió un mensaje cuando supo de su convocatoria, y la joven le dio las gracias por lo que había hecho por ella. “Es una estrella”, comparte Mellado, quien la ve con la fuerza de ser una futura capitana a pesar de su timidez. Quizás es ese su destino, pero está claro que no será por casualidad.
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