Fue anunciarla por los videomarcadores y comenzar a rugir la grada: «¡Shelly, Shelly!». Húngaros aparte, pocos atletas provocan tanta veneración en Budapest como Shelly-Ann Fraser-Pryce, una leyenda de la velocidad que con 26 años apura ya sus últimos días de gloria. Acompaña a la figura deportiva un carácter singular, siempre con la sonrisa dibujada en la cara, y esas llamativas pelucas que luce en las competiciones. En Budapest se decantó por una fucsia para su estreno y otra amarilla y naranja para el día de la final.
En su palmarés lucen tres oros olímpicos y diez mundiales, cinco de ellos en el 100. Nadie iguala esos registros, pero su objetivo de lograr el sexto era practicamente imposible. Por primera vez en mucho tiempo no llegaba como favorita a la final. Ni siquiera como la segunda o la tercera. Fue Sha’Carri Richardson quien se llevó el oro con 10.65, récord de los campeonatos. La estadounidense, primer en lograr el título desde 2017, apretó los dientes para superar prácticamente sobre la línea de meta a Shericka Jackson (10.72), que fue esta vez la primera de las jamaicanas. Fraser-Pryce soñó con ganar otra vez gracias a una portentosa salida que, al final, le valió para conquistar el bronce. La jamaicana fue la primera en felicitar a Richardson (23 años), que estrena su medallero en las grandes citas.
La victoria de Richardson llevó a que Estados Unidos celebre los dos oros en el hectómetro por primera vez desde 2017.
Llopis roza la final
Hubo mínima representación española en el tercer día de competición, con Quique Llopis en el 110 vallas y Jael Bestué en el 100 lisos. Ambos se quedaron cerca de la final. Al valenciano, que igualó su mejor marca de siempre (13.30), le faltaron cinco centésimas, el tiempo que marcó Jason Joseph, el último de los finalistas. Llopis tuvo que ver la última semifinal en el ‘sofá caliente’ antes de saber si estaba clasificado o no, aunque fue incapaz de permanecer sentado. «Hace dos meses acabar noveno del mundo era inimaginable. Da rabia, pero han corrido más que yo», dijo. En la final arrasó Grant Holloway (12.96), su tercer oro mundial consecutivo.
Poco después, Jael Bestué se despedía en el 100 al acabar séptima en su serie de semifinales con 11.25.