Quizás te ha ocurrido en alguna ocasión haber salido con alguien que parece tu alma gemela. Le encanta la misma música que a ti, le interesan los mismos libros y todos los planes que propones parecen de su agrado. Tu relación parece una película Disney en la que las piezas encajan y en la que las compatibilidades son tan abrumadoras que incluso los que miran con recelo al amor romántico se sorprenden exclamando “¡Es la persona de mi vida!”.
Sin embargo, cuando lo dejáis te das cuenta de que con su nueva pareja es completamente diferente, pues se ha amoldado a sus gustos y su forma de ser para ser el ‘match’ perfecto del otro. ¿Te suena? Estamos hablando de los ‘personality shifters’.
Aunque tal y como asegura el psicólogo Justin Lavner, que ha liderado un estudio en la Universidad de Georgia para averiguar cómo nos transforma la convivencia y el matrimonio, durante los primeros años de la vida en pareja es cuando los cambios personales son más acusados. No nos referimos a esas modificaciones que acontecen de forma orgánica, sino a quienes literalmente se convierten prácticamente en el reflejo de su pareja llegando incluso a anular su personalidad.
Por qué se amoldan al otro
“Probablemente tenga que ver con la concurrencia entre una personalidad muy potente que se impone con otra más endeble, excesivamente permeable, de una persona con menos capacidad para autoafirmarse delante del otro, sobre todo si este es particularmente potente. Luego, simplemente, hay gente que es más flexible, más complaciente, más abierta, y puede asumir muchos elementos del otro, sin llegar a subsumirse del todo en él”, explica el psicólogo Rafael San Román.
“Cuando el objetivo que tienes es que la relación funcione a toda costa, entonces puedes cometer el error de pensar que la mejor forma de que eso suceda es adaptándote a todo, dándole la razón al otro indiscriminadamente y llegando a cambiar incluso tu personalidad. Esto puede suceder por varios motivos: una autoestima muy baja, miedo a la soledad, dependencia emocional, creencia de que si esta historia no funciona, entonces estás perdido y la idealización del otro”, añade.
Por su parte Silvia Llop, conocida como la psicóloga del amor, quiere hacer una advertencia. “Has de saber que te encuentras con alguien así cuando parece que seáis la misma persona: tiene tus mismas aficiones, le importan las mismas cosas que a ti, sus opiniones y las tuyas siempre están alineadas… Es como si fuera tu clon. Cuando eso pasa, ten cuidado, porque es imposible que haya alguien que tenga los mismos valores, personalidad, ideales y objetivos que tú”, advierte.
Las consecuencias psicológicas de las personalidades camaleónicas
Lo sabemos: hay muchos memes que aseguran que Brad Pitt se amolda a sus parejas, pero en su caso es en clave física, pues es cierto que a lo largo de los años ha ido adaptando su peinado a sus amoríos, pero este no es un caso tan divertido. Aclaramos que si tuviéramos a Brad Pitt al lado, quizás nos daría igual que cambiara su personalidad para adaptarse a nosotras, porque tratándose de él, le perdonaríamos (casi) cualquier cosa, mas este tipo de comportamiento no es positivo ni para la pareja a la que se amoldan, ni para quien se comporta de esta manera.
“Esa persona se desdibuja por completo y no sabe ni quién es. Por supuesto, se queda sin una pizca de autoestima. El problema de querer contentar o ser aceptado por otra persona es que te pierdes a ti. Cuando pones el foco en el otro y mueves toda tu vida para encajar en la suya, pierdes tu individualidad y todo aquello que te hace una persona especial”, dice Llop. “Lo primero que esconde es una falta brutal de amor propio. Después, puede haber un poco de todo: miedo a quedarse solo, inseguridades, dependencia emocional, miedo a que la fantasía que te has montado en tu cabeza con respecto a esa relación y a tu vida no se cumpla…”, asegura.
Iguales… pero sin pasarse
En realidad, tal y como ha constatado un equipo de psicólogos de la Universidad de Amsterdam, las similitudes entre las parejas realmente importan. Sin embargo, cuando esas similitudes no son ciertas, sino que son fruto de la capacidad que tiene una de las partes de la pareja de amoldarse al otro, supone la anulación de la personalidad de quien se adapta. “Su mundo se reduce y su autoestima se debilita, y al final hay un círculo vicioso, porque si no se entrena o estimula eso que mal llamamos ‘nuestra personalidad’, no salimos de ahí”, matiza Rafael San Román.
Otro de los aspectos negativos de este tipo de personalidades lo sufre la pareja cuando la relación se termina, porque se ve abofeteada por el desconcierto resultante de no saber con quién estaba saliendo. “Es completamente normal sentir que has vivido en una mentira. Por eso es tan importante quererte y aceptarte, justamente para que no tengas miedo a mostrarte tal y como eres desde el primer momento. Pero cuando no te crees lo suficientemente interesante, a veces actúas de una forma distinta a cómo eres porque piensas que así tienes más probabilidades de enamorar al otro. Lo que acaba ocurriendo es que en algún momento, saldrá tu personalidad real. Y el día en que eso suceda, el otro se irá, porque sentirá que ha sido engañado”, dice Silvia Llop.
¿La conclusión final? No está mal buscar a tu alma gemela, pero precaución cuando el ‘gemelismo’ llega demasiado lejos.