La tendencia que señala el mercado de las máquinas agrícolas es hacia los equipos que ayudan a ahorrar dinero con su operación, debido a su mayor eficiencia en la tarea de campo. Las fertilizadoras no son una excepción y en esta oportunidad analizamos los modelos que marcan tendencia y cuales son caraceristicas que los hacen ser más eficentes. Pero ¿qué hace que una máquina fertilizadora ahorre dinero y resulte eficiente a la vez? Vamos por partes.
Para empezar, digamos que ninguna fertilizadora puede ser eficiente y bajar costos, si antes de usarla no se conocen los resultados del análisis de suelo del lote fertilizar a fin de saber que nutrientes faltan, en que medida faltan y en que lugares del lote ocurren esas faltas.
No es cierto que el análisis de suelo resulte caro, ya que no lo es en función de lo que se paga por hacerlo y resulta mucho menos caro si se lo compara con los mayores costos de una fertilización mal hecha debido a no conocer las necesidades reales del suelo.
Las fertilizadoras que marcan tendencia en el mercado, ofrecen regulaciones precisas de dosificación del fertilizante y de la distribución de fertilización. La dosificación se refiere a los kg/ha que entrega la máquina y la distribución se refiere a como distribuye esos kg en cada sector del lote.
Lo cierto es que hasta hace no muchos años, pocos en el campo pensaban sobre estas cuestiones de dosis y distribución en las fertilizaciones y más bien solo se hablaba de “echar tantos kg de tal o cual producto”.
Los técnicos, investigadores y extensionistas desde instituciones como INTA, facultades, y asociaciones de productores, difundieron con persistencia durante años las maneras de lograr la buena elección y uso de las fertilizadoras e instalaron estas ideas en el ambiente de la producción agrícola, y así lograron que hoy se hable de ellas, pero aún son pocos los que miden estos parámetros en el campo.
Las ideas centrales trasmitidas por los técnicos son claras y constantes: el despilfarro de dinero es mayor con malas distribuciones comparando con el mayor valor de compra de una máquina, sobre todo si esa diferencia de valor se fundamenta en las mejores prestaciones del equipo. Medir cómo es la distribución lograda en una aplicación es mucho mejor que no medirla, aún cuando la medición no resulte precisa.
Variedad de modelos
Entre los modelos de fertilizadoras que marcan tendencia en el mercado, se pueden destacar, aquellos que distribuyen granulados mediante un flujo de aire (neumáticos), y que se instalan sobre pulverizadoras o sobre máquinas de labranza. También se ofrecen equipos neumáticos que demandan poca potencia que se instalan directamente sobre el tractor u otro vehículo.
Otros son los modelos con cinta transportadora en el piso de su tolva y dos platos con paletas. También hay modelos de dos platos que descargan por gravedad, por lo general de menor autonomía que los anteriores. Finalmente, y no menos importantes y útiles son los modelos que incorporan el fertilizante en el surco.
Por otro lado, también marcan tendencia las fertilizadoras para fertilizantes líquidos, que no son otras que las pulverizadoras autopropulsadas o de arrastre con tractor.
Otras que marcan una fuerte tendencia en los últimos años, son las esparcidoras de orgánicos, o de residuos de tambos, feedlots, galpones de ponedoras, de pollos o de producción porcina.
Distribución por flujo de aire
Entre estos equipos están los que distribuyen el fertilizante en superficie en cobertura total. Debido a su baja demanda de potencia, sus anchos de labor que pueden estar en líneas generales entre 20 y casi 40 metros, su generosa velocidad de trabajo, versatilidad y agilidad operativa son preferidos por contratistas y grandes establecimientos. Procurando hacer aplicaciones antes de una lluvia se pueden bajar la volatilización de los fertilizantes que quedan sobre el rastrojo.
En estos equipos la tolva (4 a 6.000 litros) puede o no estar presurizada con el aire impulsado por una turbina accionada por un motor hidráulico de caudal variable. La dosificación es a partir de un dosificador rodillo acanalado de velocidad de giro variable. Mediante esa variación se regula la dosis.
La distribución es a través de la corriente de aire que conduce el granulado hasta el barral que porta las bocas de salida del fertilizante. La división en secciones del dosificador rodillo acanalado, y que cada sección tiene su motor independiente de las otras, permite el corte por secciones y la dosis variable por sección.
Entre los beneficios de estas máquinas neumáticas, se pueden mencionar, que el aire caliente de conducción seca al fertilizante y resuelve en buena parte su tendencia a la formación de costras, cascotes, pegatinas, tapado de tubos, que dificultan la fertilización.
Incorporadoras
Otros equipos neumáticos van instalados sobre sembradoras y máquinas de labranza, y en estos casos es baja la pérdida de fertilizante por volatilización, por que el producto queda mezclado con el suelo o en un surco tapado. Como contrapartida se puede decir que la velocidad de avance y el ancho de labor son menores que en los equipos mencionados anteriormente. Por ello sus capacidades de trabajo son menores y los costos operativos algo más elevados.
Otros equipos incorporadores son similares a las sembradoras de grano fino y otros son los que se instalan en sembradoras. En ambos casos y descargan el granulado por gravedad, y lo incorporan en un surco mediante la acción de surcadores tipo bidisco o monodisco.
En ellos la dosis variable y el corte por secciones, se logran con motores hidráulicos de caudal variable que mueven el eje de los dosificadores. El eje se divide en grupos de dosificadores, que alimentan diferentes surcadores, con acoples independientes.
Distribución por platos
Los equipos de dos platos esparcidores también distribuyen el fertilizante en superficie y en cobertura total. También es baja su demanda de potencia por metro de ancho de labor, los cuales varían entre 15 y 40 metros, dependiendo del modelo de máquina y de las características del fertilizante como dureza, granulometría, esfericidad e higroscopicidad. También influye el viento lo desparejo el piso. Es mejor hacer aplicaciones antes de una lluvia para reducir las pérdidas por volatilización.
En el fondo de la tolva de estos equipos se encuentra una cinta transportadora que lleva el granulado hasta la salida de apertura regulable con una compuerta guillotina, ubicada en el extremo posterior del equipo. La velocidad de la cinta y la apertura de la puerta sincronizadas con la velocidad de desplazamiento de la fertilizadora, definen la dosis de fertilización.
Durante el funcionamiento del equipo, los dos platos contrarrotantes reciben el granulado que se descarga desde la compuerta guillotina y lo distribuyen en un ancho de esparcido definido tanto por aspectos del equipo, como del fertilizante y del ambiente.
Entre los aspectos buscados del equipo se pueden mencionar, la correcta calibración de la velocidad de la cinta y de la apertura de la compuerta, el punto de llegada del granulado a los platos (respecto del centro de giro o del borde de dichos platos) el régimen de los platos, la posición de las paletas en los platos, el estado de esas paletas (libres de abolladuras y deformaciones).
Otras son las máquinas de dos platos contrarrotantes que descargan el granulado por gravedad (sin cinta transportadora) la regulación de la dosis se logra con la mayor menor apertura de los orificios dosificadores (uno por plato). La distribución es el resultado del régimen de trabajo de los platos contrarrotantes, el punto de llegada del granulado a los platos y en general los mismos puntos que en las máquinas de cinta.
Entre los beneficios de las máquinas de platos se pueden mencionar, su sencillez y rapidez de maniobra sin barrales plegables. La dosis variable so logra con trasmisiones electrohidráulicas o eléctricas (motores o actuadores lineales para la apertura y cierre de los dosificadores y el movimiento de la cinta si la hubiera).
Para fertilizantes líquidos
Los equipos para la aplicación de fertilizantes líquidos son las pulverizadoras provistas con pastillas específicas para fertilizantes que dosifican chorros en lugar de gotas (como lo hacen con los fitosanitarios). En ellas, se utilizan la regulación de caudal y de presión como cuando se pulverizan fitosanitarios y con esas regulaciones se logran las dosificaciones y distribuciones deseadas para cada caso.
Para distribución de orgánicos
Los equipos para la distribución de residuos orgánicos se difundieron en nuestro país, a partir del año 2010 aproximadamente de considerar como fertilizantes los residuos de establecimientos ganaderos, tambos, y otros.
Los equipos que marcan tendencia son de dos tipos: a) los que distribuyen mediante dos platos planos de eje vertical y con barras radiales, contra rotantes ubicados en el extremo posterior de una batea con piso móvil que lleva el contenido hacia los platos; Su cinta transportadora en el piso de la tolva entrega el contenido a una compuerta calibrada permite regular la dosificación. Su ancho de trabajo puede llegar a los 8 metros, y la capacidad es de 12 m3.
b) Los que distribuyen mediante dos rotores de eje vertical con paletas esparcidoras. Otras también para residuos sólidos, son las máquinas de dos rotores de eje vertical con dos platos con paletas en la parte inferior de los rotores. El piso de su tolva con barras acarreadoras entrega el producto a los rotores distribuidores. Estas máquinas tienen una capacidad mayor de esparcido que las anteriores, pueden distribuir hasta unos 50.000 kg/ha.
La difusión de las esparcidoras de orgánicos se nota con fuerza y promete ganar más espacio de la mano de la intensificación de la crianza de bovinos, tambos y porcinos, En todo caso es muy importante el análisis químico del abono previo a su uso, a fin de conocer que nutrientes se aportan y evitar efectos no buscados como por ejemplo el cambio del pH del suelo.