La caza afronta una media veda «desigual» en Castilla y León lastrada por la sequía

La caza afronta una media veda «desigual» en Castilla y León lastrada por la sequía

Con más ilusión que esperanzas en muchos puntos, pero con las escopetas a punto, los perros preparados y con ganas, los cazadores descuentan los días para volver a salir al campo. La media veda marca el inicio de la temporada y el 15 de agosto es su fecha destacada en rojo en el calendario, no sólo por ser festivo. Es el día que tradicionalmente manda para el inicio en Castilla y León de salir en busca de cobrarse las primeras piezas. Aunque en una Comunidad tan amplia y diversa orográficamente, el periodo se presenta «irregular» y con perspectivas «imprevisibles». De hecho, augura ya Claudio Sánchez, de la Federación de Caza, que será «bastante mala en la mayoría de las provincias» debido a la sequía. «Y a mayores, las últimas tormentas», añade, «han venido a rematarlo…». Los animales también acusan los cambios de tiempo, y más un ave tan nómada como la codorniz, la ‘reina’ de la media veda en la Comunidad.

Una cosecha escasa –la segunda peor del siglo, con apenas 3,24 millones de toneladas recolectadas, la mitad de la media de los últimos años– , la temprana siega en verde en muchos campos que ya se daban por perdidos para coger cereal y una paja en los rastrojos muy rala y retirada pronto por lo cotizada que está, no dibujan el mejor panorama para que estas aves aniden. «Se va quitando el hábitat» de la codorniz, señala Claudio Sánchez.

«Buena» entrada y cría

Así, en las provincias más al sur, como Segovia, Salamanca, Zamora y Valladolid, las previsiones para esta temporada no son nada halagüeñas. Diferente, eso sí, en zonas de más humedad, hacia donde estos animales «muy nómadas» se mueven en busca de un refugio más fresco y frondoso. Así, al norte de Palencia, Burgos –la provincia ‘cornicera’ por excelencia–, León y zonas de Soria «puede haber jornadas divertidas» para los aficionados a la actividad cinegética.

La entrada de esta especie migratoria y la cría «ha sido muy buena», destacan desde la Federación de Caza, «según los datos de los técnicos y anilladores» que trabajan en un proyecto (Coturnix) relacionado con la codorniz.

Ya la pasada campaña, que se presentaba también mala por la sequía, las cifras de las piezas cobradas reflejan esas diferencias entre zonas. Más de 513.000 codornices abatidas en la temporada 2021-22, de las que más de 183.000 se localizaron en Burgos, seguida por las casi 89.500 de Palencia; las cerca de 84.000 de León y las 79.000 en tierras sorianas. A gran distancia, Zamora, con 22.000, y por debajo de las 20.000, el resto.

Con este panorama dispar, dan por descontado que el límite de 25 piezas por jornada y cazador que sigue vigente va a ser «imposible» de alcanzar en numerosos puntos. Aunque en otros, auguran desde la Federación, habrá aficionados que sí colgarán de la cartuchera ese cupo de codornices en los días hábiles que se mantenga abierta la media veda –martes, jueves, sábados, domingos y festivos de carácter nacional y autonómico– hasta el tercer domingo de septiembre –17–.

Aunque la codorniz es la reina de las capturas, también gana peso el conejo, especie incluida en la media veda, con 383.000 capturas en la última temporada cinegética. Es el que «nos salvará», señalan desde la Federación de Caza de Castilla y León, que también tiene «esperanzas» en que la apertura de la media veda para la paloma torcaz y la bravía a partir del día 26 contribuya a salvar esta campaña cinegética, en la que sigue vetado abatir a la tórtola común.

«Imprescindibles»

Aunque los datos de capturas «fluctúan» de una temporada a otras, señalan desde el colectivo, defienden que «se van manteniendo», frente a las críticas de quienes reclaman que no se cacen por ejemplo codornices ahora que está a punto de arrancar la media veda. La Federación, recuerdan, junto a la Fundación Artemisan desarrolla un proyecto nacional sobre seguimiento y reproducción de la codorniz, Coturnix. «Se trata de conversar la especie con un aprovechamiento sostenible«, sostienen desde Castilla y León, también involucrados en esta iniciativa, pues »la recogida de datos es cada vez más determinante para el futuro de la caza«, aseguran. Este proyecto, como otros similares, sostienen, »han concluido el buen estado de la especie y la posibilidad de su aprovechamiento por la caza«.

Defienden esta práctica para el control de las poblaciones de animales silvestres. Echan la vista a los datos de accidentes en los que la fauna se ha visto involucrada y recurren a las alertas por enfermedades en animales como la tuberculosis o la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) en los que jabalíes, corzos… son vectores de transmisión. «Somos indispensables», sostienen desde la Federación de Caza de Castilla y León, desde donde lamenta que «no se nos valora».