Salvo gran sorpresa, unos cuantos corchos de champán deberían descorcharse el viernes 12 de mayo para saludar la llegada a Dunkerque (Norte) de la taiwanesa Prologium Technology y su gigantesca fábrica, o «gigafactory», de baterías eléctricas, con algunos 3.000 puestos de trabajo en juego. Un anuncio auspicioso tres días antes de la cumbre Choose France, que debe entregar, el lunes 15 de mayo en el Elíseo, doscientos líderes empresariales extranjeros. Y, sobre todo, una perspectiva que se suma a varios otros proyectos fabriles centrados en la producción de baterías eléctricas, entre ellos el de la china Envision en Douai o el ACC en Douvrin (Pas-de-Calais), cerca de Béthune.
¿Deberíamos concluir que, después de veinticinco años de desindustrialización, Francia se ha convertido en una tierra de acogida para los inversores? Eso sería ir un poco apresurado. El Barómetro del Atractivo, elaborado anualmente desde el año 2000 por la consultora EY y publicado el jueves 11 de mayo, ofrece una evaluación un poco más matizada.
Con 1.259 aperturas o ampliaciones de sitios en 2022 de un total de 5.962 inversiones retrasadas en Europa, Francia sigue siendo el país más atractivo del continente, por cuarto año consecutivo. Otro elemento positivo, el 40% de estos proyectos son de carácter industrial, un buen punto para la reindustrialización del país.
«Dinámica general»
Pero el número de puestos de trabajo creados es mucho menor que en nuestros vecinos. De media, una inversión extranjera se traduce en 33 nuevos puestos de trabajo en Francia, cuando hay 58 en Alemania, 59 en el Reino Unido… o 326 en España. En total, el número de puestos de trabajo creados por inversores extranjeros cayó un 15 % entre 2021 y 2022, mientras que el de proyectos aumentó un 3 %.
Una desventaja que Laurent Saint-Martin, director general de Business France, la agencia de atractivos de Francia, pone en perspectiva. “A veces solo se necesitan uno o dos proyectos que implican varios miles de puestos de trabajo para cambiar la situaciónel argumenta. Lo que importa es la dinámica general. “Cuando los inversores tienen proyectos en Europa, primero llaman a Francia, antes que fuéramos quintos o sextos”da la bienvenida al Ministro de Industria, Roland Lescure.
Pero estas llamadas no siempre triunfan, según datos del barómetro EY. “Mientras Francia retiene las empresas desplegadas, tiene más dificultades que otros para atraer nuevos proyectos: el 65% de los anunciados en Francia en 2022 son extensiones de sitios existentes, cuando esta proporción es solo de alrededor de un tercio en Alemania y Reino Unido”explica Marc Lhermitte, socio de EY a cargo del barómetro.
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