
Al borde de una carretera secundaria muy solicitada, la posada-restaurante Am Kraftwerk («A la centrale») ofrece una cocina bávara vigorizante a precios inmejorables. También se beneficia de una vista directa de la central nuclear Isar 2, situada a menos de 600 metros, lo que ha permitido a su director, Richard Tanneberger, volverse imbatible en cuanto a la meteorología. “Gracias a la nube de vapor que sale de la planta, te puedo decir cómo será el tiempo: si sube verticalmente, es buen tiempo asegurado; si gira hacia un lado, habrá disturbios”, asegura los años cincuenta, antes de añadir: “Afortunadamente viniste hoy, porque el sábado [15 avril], cuando la planta haya cerrado, la nube ya no estará allí y ya no podré predecir el clima. »
Al igual que Emsland (Baja Sajonia) y Neckarwestheim 2 (Baden-Württemberg), las otras dos centrales nucleares que aún están en funcionamiento en Alemania, Isar 2 debe cerrarse definitivamente este sábado por la noche. Entre los residentes locales, Richard Tanneberger no es el único que dice que la desaparición de su columna de vapor «crear un vacío». Esto también es lo que piensa Josef Klaus. En 1988, cuando abrió la planta, no habría dicho eso. “Me acababa de mudar a una casa en la ladera. La vista era hermosa y de la noche a la mañana me encontré con esta enorme nube frente a mí. Al principio me resultó muy inquietante pero, muy rápido, me acostumbré”dice este exempleado bancario, que es alcalde de Niederaichbach desde 2014, una localidad de 4.000 habitantes situada en las inmediaciones de la central.
Si Josef Klaus tiene » solía hacerlo » a la famosa nube, es también porque vio todo lo que la planta trajo de regreso a su municipio. “Algunos años hemos recibido hasta 4 millones de euros en el impuesto de sociedades, lo que nos ha permitido llevar a cabo muchos proyectos sin tener a día de hoy la más mínima deuda. Y luego están los contenidos en términos de empleo: para construir una planta y luego operarla, se necesitan decenas de trabajadores y empleados. Le ha dado trabajo a mucha gente que de otro modo se habría ido a otra parte”.explica este miembro electo de la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), que tiene una gran foto del central en el centro de una de las paredes de su despacho.
“Por pura ideología”
Por estas razones, Josef Klaus cree que el 15 de abril es “un día muy triste”. No es que le preocupen los 450 empleados de Isar 2, cuyos contratos están garantizados hasta 2029 y muchos de los cuales pueden aspirar a mantener sus puestos de trabajo más allá de esta fecha, no debiendo completarse el desmantelamiento de la planta que en 2039. “Más que empleos, el tema que más me preocupa es el de nuestro suministro energético. Por eso digo un día triste. No entiendo por qué paramos centrales eléctricas que funcionan perfectamente y dejan muy poco CO2mientras el precio de la electricidad se dispara y debemos hacer todo lo posible para luchar contra el calentamiento global»lamenta el alcalde de Niederaichbach.
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