Por paradójico que parezca, en el interior de la fábrica Arquus de Limoges, el ambiente es sombrío desde la presentación de la ley de programación militar (LPM), en el Consejo de Ministros, el pasado 4 de abril. Los ingenieros y técnicos están ocupados, el 6 de abril, con motores, chasis y otras partes electrónicas. Pero en esta empresa que fabrica el 90% de los vehículos del ejército, la ansiedad es palpable, mientras que el ejecutivo ha optado por reducir en varios cientos sus pedidos de vehículos blindados previstos inicialmente para el período 2024-2030. «Hará calor»preocupa a un gerente.
Atrapado entre la explosión de la inflación (que debería encarecer el LMP en 30.000 millones de euros para 2030) y la continuación de la modernización de la disuasión nuclear, también muy bien pagada, el gobierno ha hecho la elección, al contrario de lo que dice la retroalimentación de la guerra. en Ucrania desde febrero de 2022 podría inducir a creer: renunciar a construir ejércitos, en particular el ejército. Una decisión cuidadosamente considerada, pero que debería resultar, si el proyecto de ley se aprueba tal como está en julio, como espera el Elíseo, «en una caída del 20% al 25%» sobre los objetivos de equipamiento previstos inicialmente para Arquus, detalla su presidente, Emmanuel Levacher.
En concreto, desde la anterior LPM, votada en 2019, que ya anticipaba en parte el gasto militar hasta 2030, estaba previsto que la empresa, que emplea a 1.500 personas repartidas en cuatro emplazamientos en Francia, fabricará en particular 1.872 vehículos blindados polivalentes Griffin y 300 jaguares. Este último, un tanque de reconocimiento y combate, reemplazaría a los antiguos AMX-10 RC puestos en servicio en el ejército en 1981, algunos de los cuales fueron enviados a Ucrania. Finalmente, el Estado decidió limitar sus pedidos a 200 Jaguares y 1.345 Grifones.
Riesgo de “modulación del tiempo de trabajo”
Una situación particularmente incómoda para Arquus, ya que la empresa ya perdió el mercado de Serval frente a Nexter y Texelis en 2018. Un vehículo blindado de combate de infantería, que es el único cuyo parque aumenta significativamente en el futuro LPM. El objetivo de 978 unidades en 2030 se elevó a 1405, o más del 40%.
Arquus tiene el mercado de cañones César, para el que fabrica los marcos, para compensarlo. El número de César franceses debe aumentar un 40 % para 2030, de 77 a 109, pero en realidad, esa ambición ya se venía rastreando desde 2019.
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