Esta fue una de las grandes promesas del candidato Olaf Scholz durante su campaña de 2021. El que quería convertirse en el “canciller de la vivienda asequible” se comprometió a construir 400.000 nuevas viviendas al año, incluidas 100.000 sociales, para frenar la aumento de los precios inmobiliarios en Alemania en los últimos años. Dos años después, queda claro que el aspecto central de la política social de la Canciller socialdemócrata es un amargo fracaso. Solo se construyeron 290.000 viviendas en 2021, y la cifra para 2022, prevista en unos días, debería ser sensiblemente inferior.
“La crisis de la construcción se agudiza”, advierte Félix Leiss, analista sectorial del instituto económico Ifo. Este último señaló a fines de abril que las cancelaciones de proyectos estaban en un nivel históricamente alto: el 16% de las empresas del sector reportan proyectos abortados. “El aumento drástico de los costos de construcción y el aumento de las tasas de financiamiento significan que muchos programas de vivienda ya no son recomendables. Se posponen o simplemente se cancelan. El negocio se está derrumbando literalmente”. dice el experto.
Según las cifras publicadas el 18 de abril por la oficina nacional de estadísticas, Destatis, la construcción de viviendas se derrumbó un 20 % en enero y febrero en comparación con el mismo período de 2022. Peor aún: el número de permisos de construcción otorgados se ha reducido todos los meses desde mayo de 2022. La federación alemana de vivienda, GdW, estima que un tercio de las viviendas que debían entregarse en 2023 y 2024 finalmente no se construirán. Sin embargo, según estimaciones del Instituto Pestel, actualmente hay un déficit de 700.000 viviendas en Alemania.
Solicitud de apoyo estatal
La situación es tanto más crítica cuanto que el país ha acogido a más de un millón de refugiados en un año, contribuyendo al aumento de la población (84,3 millones de personas vivían en Alemania en 2022, un récord histórico). Pero la competencia por apartamentos de alquiler asequibles se ha vuelto tal que la calidad de la recepción se ve cada vez más comprometida, lo que podría aumentar las tensiones sociales en torno a la inmigración. El resultado ya es visible en las grandes ciudades, donde a veces se forman colas de varias decenas de metros frente a un piso de alquiler.
Según Dirk Salewski, presidente de la federación de empresas inmobiliarias y de vivienda, actualmente solo se están construyendo bienes de lujo y viviendas sociales, testificó en la televisión alemana. Los altos ingresos proporcionan más capital, la vivienda social está subvencionada por el estado.
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