Uno de los efectos que puede estar provocando la reforma laboral a expensas del cual se produce un impacto nítido, para lo que aún habrá que esperar unos meses, es el de la mayor mortalidad de los contratos fijos que se firman cada vez en mayor cantidad -son prácticamente la mitad de los suscritos en el mes- y que sin embargo no están modificando sustancialmente los ciclos estacionales de creación y destrucción de empleo que caracterizan al mercado de trabajo español.
Según en balance trimestral sobre la evolución del empleo realizado por Adecco este paradigma está provocando como efecto colateral una notable caída de la duración de los medios de los contratos, ya sean fijos o temporales. Concretamente la vigencia de las nuevas firmas es la menor desde hace 18 años y un 55% de los contratos no dura más de un mes -el 33.3% dura un mes o menos y el 21.5% dura una semana o menos.
En este sentido, el ‘V Observatorio trimestral del mercado de trabajo’ publicado este miércoles por The Adecco Group Institute señala que la duración media de los contratos del primer trimestre de 2023 es la más baja desde el año 2006, situándose en 51 dias (+11,8% intertrimestral; -9,7% interanual). También se redujo la duración de los medios para contratos iniciales en abril a 45 días (-9,4% intermensual; -4% interanual).
Las firmas caen un 11%
Cabe señalar, sin embargo, que la desaceleración económica y la creación de un empleo unificado con una normalización de la economía total está generando un importante retroceso en los montones de contratación de los últimos trimestres. El número de contratos iniciales para el mes de abril descendió hasta el 1.117.045 (-11,2% intermensual y -11,7% interanual). De ellos, 626.779 son contratos temporales (un 10,4% intermensual; -16,6% interanual) y 490.266 son indefinidos (-12,1% intermensual; -4,4% interanual). Si dentro de los indefinidos nos centramos únicamente en los fijos discontinuos, estos aumentan hasta 180.866 (+3% intermensual; pero -12,7% interanual).
por tanto, el 56,1% hijo de los contratos iniciales contratos de tiempo, mientras que el 43,9% son contratos indefinidos, de los cuales, el 36,9% son fijos discontinuos. Estos últimos representan por tanto un 16,2% del total de los contratos iniciales.
Tal y como explícito javier blasco, director de The Adecco Group Institute, el empleo parece estar resistiendo a la crisis, lo que permitiría cumplir avec las expectativas de que el crecimiento del PIB en 2023 estará cerca del 2%. “Lo cierto es que no todo son buenas noticias y esta recuperación ha lastrado los márgenes de la mayoría de las empresas, así como el poder adquisitivo de los salarios, por lo que la sostenibilidad se antoja un ingrediente esencial a alcanzar en este reto de la recuperación”, explicó el experto.
Además, recuerda Blasco que el auge de los servicios Impulsado al sur de Europa, mientras las economías industriales se ralentizan, se percibe la importante filtración a la economía del flujo de aportaciones a la costa del incremento sustancial de la deuda pública. “La importancia de turismo exterior, y de la -bendita-hostería, como ocurrió en 2022, its los pilares en los que se fundamenta este crecimiento estacional”.
De este modo, teniendo en cuenta que las horas totales trabajadas no crecen tanto como el número de ocupados, se evidencia que se está produciendo un reparto del trabajo. “El empleo aparenta ser más productivo, pero en realidad esconde una importante pérdida de horas de trabajo. No son pocos los que apuntan a que el crecimiento de nuestra productividad, y por ello de la competitividad de nuestra economía, depende de si el aumento de impuestos presión, tanto en impuestos como en aportaciones a la Seguridad Social, si queremos atraer inversiones que mejoren nuestro tejido productivo y nuestros retos tecnológicos”, explican desde Adecco.
Aumento de la facturación
Una de las formas de analizar el impacto de la reforma laboral, y la calidad en el lugar de trabajo, tiene que ver con el grado de rotación contractual, entendiendo por tal la relación del número de contratos en función del nivel de afiliación. Relación de pérdida de Para fijos discontinuos se reduce hasta un 18,3% (-1,6 puntos intermensuales; -14 puntos interanuales); como, para reducir la ratio para los indefinidos hasta el 3,9% (-0,6 puntos intermensuales; -0,9 puntos interanuales) y por último, también cae la ratio para los contratos temporales (-2 puntos intermeses; +1,9 puntos interanuales) up al 17,5%. Al comparar los ratios del primer trimestre de forma anual, se observa que los fijos discontinuos desaparecen a un ritmo del 55% (+24,9 puntos interanuales) y baten el récord de 2009 (con 483.487 contratos fijos discontinuados sobre 879.152 contratos fijos discontinuados ).
También el de los indefinido (tiempo completo, tiempo parcial y discontinuos) alcanza su máximo con un 12,1% (+5,2 puntos interanuales). En cambio, la ratio de para los temporales se reduce respecto al primer trimestre del anterior y se sitúa en el 54,8% (-16,4 puntos interanuales).
Relación de pérdida de Para temporal la jornada parcial se reduce hasta un 33,2% (-4,7 puntos intermensuales; +11,8 puntos interanuales). También reduce para los temporales a jornada completa hasta un 27,8% (-2,8 puntos intermeses; +5,5 puntos interanuales). Asimismo, cae la ratio para los contratos indefinidos a tiempo parcial hasta el 4,6% (-1,1 puntos intermensuales; -1,4 puntos interanuales) y para tiempo completo hasta el 2,2% (-0,6 puntos intermensuales -0,1 puntos interanuales).
En definitiva, Javier Blasco dijo en relación a la reforma laboral que “no cabe duda de que el principal logro de la reforma laboral de 2021 ha sido los indicadores de temporalidad que nuestros requisitos de la UE”.
Explica el experto que aunque el 35% de los nuevos indefinidos sean fijos discontinuos, e incluso si computamos estos como no estables, el porcentaje estable e inestable sería del 30% y 70% en la contratación inicial, cuando antes de la reforma laboral era de un 10% v 90%. “Y si nos referimos al total de la población ocupada, el porcentaje de afiliados con contrato temporal se mantiene en un mínimo histórico del 14%, cuando antes de la reforma se sitúa en el entorno del 25%. La pregunta es si ahora el saldo neto entre contratos iniciales y la población ocupada tienen alguna fuga, donde ‘mueren’ muchos contratos vocacionalmente temporales -desde la perspectiva productiva-, con independencia de su calificación jurídica o estadística”, explicó.