Chincheta en Bilbao, Almería y, desde anoche, Vigo. En Balaídos también conocen ya la particular celebración de Bellingham. Brazos abiertos y mano apretada a la zona del escudo de la camiseta. Otro gol decisivo del inglés, en una noche complicada para el Madrid tras la tempranera baja de Vinicius.
Los primeros 17 minutos de partido fueron una montaña rusa. A los 150 segundos de partidos, Larsen celebraba el 1-0. Milagro. Un gol del noruego, al fin. La alegría duró apenas dos minutos, el tiempo que tardó Díaz de Mera en acudir al VAR y anularlo. El córner botado por Fran Beltrán fue despejado por el puño derecho de Kepa, rematado después por Cervi y tocado sutilmente por el ariete escandinavo para introducirlo en la red del Madrid, pero todo eso ya no valía. Larsen agarró claramente la camiseta de Kepa en el salto del guardameta blanco, ayer debutante. Lo hizo, además, en área pequeña, esa zona en la que los porteros son intocables, aunque no haya ningún artículo en el reglamento que lo especifique.
-
Celta
Villar; Mingueza, Starfeld, Nuñez, Aidoo, Cervi (Manu Sánchez, min.45+2); Beltrán, De la Torre (Rodríguez, min.81); Bamba, Larssen (Tapia, min.77) y Aspas. -
Real Madrid
Kepa; Carvajal, Rüdiger, Alaba, Fran García (Nacho, min.80); Valverde, Tchouameni (Kroos, min.62), Bellingham, Camavinga (Modric, min.62); Rodrygo y Vinícius (Joselu, min.18). -
Goles
0-1 (81): Bellingham. -
Árbitro
Díaz de Mera Escuderos (C. Castellano-manchego). Amonestó a Aspas (min.66) y Tapia (min.94), por el RC Celta, y a Kroos (min.71), Rüdiger (min.93) y Nacho (min.96), por el Real Madrid.
Tras ese 1-0 interruptus, como la dimisión de Rubiales, Vinicius jugó sus mejores quince minutos de lo que se lleva de temporada, hasta que un latigazo en la parte anterior de su muslo derecho le mandó al banquillo. Fue tras hacerle a Aidoo un autopase con caño, y a cinco metros de distancia, lo que dificultaba aún más su osadía, finalizada en un pase a Rodrygo, que no llegó a controlar correctamente su compatriota. Ahí se lastimó el brasileño, que intentó jugar con una venda sobre la zona lastimada, pero apenas duró un minuto más sobre el terreno de juego. Con el parón de selecciones a la vuelta de la esquina, lo normal es que solo se pierda el duelo contra el Getafe del próximo sábado, si es que se lo pierde.
Vinicius había asustado ya un par de veces desde banda izquierda, pero su lesión dejó tocado a un Madrid que, a pesar de las buenas intervenciones de Valverde y Rodrygo, no generaba el peligro que sí llevaba el Celta. Cada robo de los vigueses acababa en transición y disparo. Mamba tuvo una muy clara al filo del descanso, cuyo chut acabó saludando de cerca el palo izquierdo de Kepa.
Bellingham, a diferencia de sus dos primeros partidos, apenas aparecía. Era un señuelo. El inglés, generoso en el trabajo defensivo, una de sus señas de identidad, no tenía tanta presencia en el área contraria como en San Mamés y en los Juegos del Mediterráneo. Cuando la tuvo, en singular, filtró un pase a Joselu que acabó en la red de Villar, pero el delantero blanco, sustituto de Vinicius, estaba en claro fuera de juego. Un eslalon de Rodrygo, con un regate de cintura a Cervi, filigrana que vale una entrada, fue la otra jugada reseñable de una primera parte con pinzas del Madrid.
En la segunda, los de Ancelotti subieron prestaciones. También Bellingham, que pasó de estar ‘missing’ a liderar al equipo, con susto incluido. Un giro más control le dejó tocada la parte externa de la rodilla durante un par de minutos. Por suerte, no fue nada. En el 67, el inglés se inventó la jugada más peligrosa de los blancos, que acabó en el penalti de Villar a Rodrygo. En tres cuartos de campo, recibió un balón de espaldas, se dio la vuelta entre tres rivales y filtró un pase al brasileño, que le ganó la carrera a Aidoo antes de ser derribado por el portero gallego.
Penalti fallado por Rodrygo
Villar se redimió con un puño duro al potente lanzamiento a media altura de Rodrygo. Ancelotti, enfadado, tiraba la caja de chicles contra el suelo. Con Modric ya en el campo, la elección más segura hubiera sido la del croata. Ayudó también la artimaña de Aspas, que se dedicó a destrozar el punto de penalti, algo que le reprochó Bellingham. El inglés se tomaría la venganza en el 81.
Saque de esquina botado por Kroos, remate en primera instancia de Joselu y cabezazo en el segundo palo de Jude, inteligente para dar dos pasos atrás y no caer en fuera de juego, y más rápido que Aidoo en la lectura del remate del ariete blanco. 0-1. tres partidos y tres victorias. Todas fuera de casa. Nueve de nueve. Inicio inmaculado del Madrid.